Confía en ti mismo. Sé consciente de tu fuerza interior, de
tu voluntad y tu coraje. Busca dentro de ti, encontrarás un palacio lleno de
virtud y belleza. No malgastes tu tiempo lamentándote sobre lo que te ha pasado
por el camino, mira a tu alrededor y vive el presente, encarrila el futuro
según tus prioridades y no olvides nunca de dónde vienes.
Fíate de los demás. Se coge antes a un mentiroso que a un
cojo, o eso dicen, por tanto, siempre debes confiar en tus semejantes, puesto
que rápido sabrás si son leales o traicioneros, y estarás dispuesto a actuar en
consecuencia. No tengas prejuicios ni falsas expectativas, pues esto solo
conduce a confusiones y malentendidos. Habla con quien tengas enfrente como si
lo acabaras de conocer, así cada conversación será única y diferente, y no
caerás nunca en la monotonía ni el aburrimiento.
Sé sincero contigo mismo. No pretendas ser alguien que no
eres. Podrás engañar a muchas personas, pero nunca a ti mismo, y siempre que te
mires en el espejo te sentirás extraño. Dicen que el mayor placer de una
persona inteligente es aparentar ser idiota, delante de otra que aparenta ser
inteligente, nada más lejos de la verdad. Si eres realmente quien eres, puede
que no les gustes a otras personas, pero podrás decir con orgullo que eres
quien dices ser, que no mientes ni aparentas para sentirte bien, sino que ya te
quieres tal y como eres y no hay nada que valga más que eso.
Sé sincero con los demás. No tengas miedo a confesar tus
pecados, ni seas reacio en aclarar tus dudas, confía en que la otra persona es
igual que tú, que siente y padece y, por tanto, comprende lo que estás pasando.
Ten por sabido que nunca estarás solo si confías en los demás, siempre tendrán
un hueco para ti, para escucharte y animarte, sea cual sea el motivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario